en cambio de dinero, éxito y honor. Nínive, Sodoma y Gomorra se han revivido, sólo bajo nuevos nombres. ¿Quienes desean ser los Abraham y los Elías que hacen frente al tsunami negro del pecado que se acerca y atemoriza nuestros hogares, comunidades y países? ¿No sería más fácil huir a Tarsis? Podemos desarraigar nuestros ministerios e iglesias de las zonas de más corrupción y alejarnos a otros sitios más prósperos y tranquilos. Podemos ayudar en la formación de sociedades aisladas, organizadas según
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